La Unidad de Biomecánica del Instituto Universitario de Investigación del Automóvil (INSIA), está estudiando como mejorar la seguridad pasiva de los afectados por la Osteogénesis Imperfecta (OI). La investigación cuenta con la financiación de la Dirección General de Tráfico (DGT) y del Programa de Grupos de Investigación de la Comunidad de Madrid, titulado SEGVAUTO-TRIES (Seguridad de los Vehículos Automóviles, por un Transporte Inteligente, Eficiente y Seguro). En el estudio también colabora la Dra. Ana Bueno, traumatóloga del Hospital Universitario de Getafe, especializada en la enfermedad.

 La OI, comúnmente conocida como “enfermedad de los huesos de cristal”, es una enfermedad hereditaria que causa una fragilidad ósea extrema, especialmente en los huesos largos y en las costillas. Una persona afectada puede sufrir hasta nueve fracturas en un año. Estos síntomas ocasionan que los padres de los afectados se preocupen más por la protección de sus hijos y se muestren reacios a la hora de utilizar un Sistema de Retención Infantil (SRI) estándar. Como consecuencia, muchos de ellos optan por viajar sin ningún tipo de retención o realizando modificaciones caseras sobre los SRI, cuando los afectados sufren una fractura.

 Para analizar la seguridad pasiva de los afectados, el equipo de investigación realizó un estudio antropométrico en colaboración con el Hospital Universitario de Getafe. En dicho estudio se recopilaron datos de la antropometría asimétrica y las deformidades óseas que presentan los sujetos, causadas por las múltiples fracturas sufridas a lo largo de su vida. Los datos antropométricos se han procesado para obtener dos modelos virtuales de los afectados, que reproducen las deformaciones medias observadas y su segmentación másica.

 A partir de los modelos, los investigadores han creado dos prototipos de maniquíes de impacto utilizando las componentes de la serie Q. Uno de los maniquíes obtenidos representa a los sujetos que muestran mayores deformaciones corporales y está compuesto por segmentos de los maniquíes comprendidos entre el Q1 y el Q10. El otro se asemeja a los afectados moderadamente y está formado por elementos de los maniquíes incluidos entre el Q1 y el Q6.

 Junto a las piezas estándar, ha sido necesario crear otras nuevas que permitan su acoplamiento y aumentar la masa. Para el lastrado se han utilizado silicona, bolas de plomo y vendas; obteniéndose una rigidez baja, una distribución homogénea de la masa y un volumen reducido.

 La innovación del trabajo consiste en reproducir antropometrías diferentes a la estándar, que son las utilizadas para los maniquíes de impacto, pero manteniendo la resistencia frente a los impactos y la instrumentación para valorar las lesiones. Además, permiten someter a los SRI a las cargas dinámicas que aparecen durante los choques, tanto a los actuales como a los que se desarrollen en el futuro. Por otra parte, la técnica empleada para el modelado de estos maniquíes adaptados, se podrá aplicar para representar la antropometría de otras enfermedades, que afectan al crecimiento estándar, como por ejemplo al enanismo.

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